Viento a favor…

Pasamos los días en Albalá viendo caer la lluvia. De vez en cuando sale el sol pero la previsión del tiempo no mejora hasta el domingo, así que nos relajamos completamente y pasamos las horas entre comidas, buen vino, sobremesas que se juntan con la película, el trivial, el croché (Yael se está haciendo una manta de colores y me enseña a hacer algunos puntos)  y la cena.

Conocimos a Carlos y Ángela, unos amigos de Tebe y Yael que se dedican a cuidar y adiestrar perros. Carlos nos paseó junto a los canes por los bonitos alrededores de Arroyo de la Luz.

Los Marmota

 

Le tomamos el gusto al día de la marmota… pero también teníamos ganas de volver a rodar… y al séptimo día salió el sol, cogimos nuestras cosillas y a volar.

Trujillo al fondo
Monfragüe

………….

“Desde que tú no me quieres, 
yo quiero a los animales,           
y al animal que más quiero,    
es al buitre carroñero, 
es al buitre carroñero.

Desde que tú no me quieres,    
yo todos los días me muero,    
y alimento con mi carne       
en Monfragüe buitres negros,      
en Monfragüe buitres negros.”

                             Extremoduro

…………

La primera noche llegamos hasta Monfragüe, un Parque Nacional de Extremadura que atraviesa el río Tajo. Allí vimos al famoso buitre negro y a la gran colonia de buitres leonados de Monfragüe y estuvimos durmiendo en mitad de la berrea. Bueno, eso de dormir es un decir, porque no paraban de “berrear”, y no pudimos pegar ojo… qué bonita la berrea! Por la mañana desmontamos todo rápidamente (estaba prohibida la acampada) y terminamos de recorrer el Parque todavía con la berrea de fondo. Los ciervos macho más grandes estaban escondidos haciendo el reclamo, pero vimos a bastantes hembras que se perdían por el monte cuando nos veían.

Después de un merecido desayuno en Plasencia, pues no lo he dicho, pero salimos en ayunas y esto a mí no me sienta muy bien, seguimos por el Valle del Jerte. Otra zona increíble a la que tendremos que volver cuando el cerezo esté en flor y cuando esté lleno des cerezas, pues el color del Valle pasa del verde al blanco y después al rojo.

Proceso de secado

Las noches comienzan a ser más húmedas y tenemos que poner el doble techo a la tienda. El rocío moja la tienda por fuera y la condensación de nuestra propia respiración empapa el techo por dentro, pero nosotros no nos mojamos. El día que puedes quedarte tranquilamente en el sitio, y hay sol, todo se seca rápidamente, pero si no puedes esperar se guarda como esté, y a la hora de comer, o cuando sale el sol, se monta el tenderete para que por la noche la casa esté seca y confortable. De camino también aireamos los sacos de dormir y todo lo que podamos, porque los olores corporales ya empiezan a hacer su aparición.

Cuesta…

Algunas noches nos tenemos que ganar el sitio para dormir… Para salir del Valle del Jerte hay que subir un puerto, pero el cuerpo ya no daba más de sí al final del día, así que nos quedamos en el último pueblo, que da nombre al puerto, Tornavacas. A la entrada del pueblo nos dijeron que podíamos dormir en el campo de fútbol y, siguiendo la dirección del dedo del buen hombre, lo vimos allá arriba, pero bien arriba. Zigor pudo pedalear hasta la misma entrada, pero yo no quise dejar por mentiroso al hombre cuando nos dijo que tendríamos que bajarnos de la bici para llegar… aunque me hubiera gustado tener esa última fuerza para seguir pedaleando porque el peso de la bici se multiplica por diez cuando tienes que empujarla cuesta arriba.

Jerte

La mañana siguiente el puerto nos regaló estas vistas y una bajada hacia otro valle que nos llevaba a la zona de Gredos.

Chapa

En Ávila empiezan a aparecer los frontones, indicándonos que estamos más cerca del “Norte” y dándonos cobijo más de una noche.

Avila

El gas para cocinar se nos está terminando, así que decidimos cambiar un poco los planes que teníamos y pasamos por la ciudad de Ávila en busca de una tienda de montaña o algo parecido donde encontrarlo, pero sólo nos llevamos de allí alguna foto y unas cuantas vueltas por las murallas.

Sitio ideal

A unos 30 km de Ávila paramos en Blascosancho y conocemos a Nono. Vive en Madrid, pero ha aprovechado un viaje de negocios para pasar la noche con los padres y ver a los amigos del pueblo.  Nos invita a unas cervezas y nos indica un sitio casi perfecto para pasar la noche. Casi perfecto porque no tiene fuente y el agua corriente del pueblo no se puede consumir, pero el dueño del bar lo soluciona rápidamente regalándonos una botella de 8 litros de agua (antes se las daba el ayuntamiento, pero ahora se las cobra…).  Después de cenar Zigor se va con Nono y Kike, un amigo de Nono, al bar del pueblo a ver un partido de fútbol. Yo me meto en la tienda, que necesito descansar. El cuerpo se va haciendo poquito a poco, los músculos se van fortaleciendo, pero todavía piden mucho descanso para recuperarse. Me duelen las rodillas pero el dolor desaparecerá en unos días, cuando todas las fuerzas se compensen y el cuerpo se adapte a la nueva situación.

Patata…Papa

Grandes extensiones de tierra  de cultivo rotativo. Ahora le toca al trigo, aunque todavía hay campos amarillos sin arar que tendrán que esperar a que la lluvia ablande un poco la tierra seca. Cuando recojan el trigo volverán a hacer lo mismo con la cebada y después con el girasol.

Empieza a cambiar un poco el paisaje, con algún que otro viñedo, pinares que utilizan para sacar resina, campos de remolacha, patatas y zanahorias. De estos dos últimos sacamos la cena de la noche.

Amigas

Después de unos cuantos kilómetros y unas rectas interminables en la planicie ocre, hemos llegado a un pequeño valle sorpresa, donde comienzan en serio los viñedos de a Ribera del Duero y aparecen en el paisaje las primeras pinceladas verdes. Y en Fompedraza, el primer pueblito, hemos encontrado un lugar donde pasar la noche bajo los soportales de una bonita iglesia y junto al cementerio. Esta vez fueron dos señoras las que nos aconsejaron dónde ponernos, y  con ellas pasamos un rato divertido escuchando todo lo que nos contaban a cerca del pueblo y sus habitantes (6 viudas, 2 viudos y alguna que otra pareja). Allí llegan todas las tardes, hablan entre ellas y observan su pueblo y el movimiento de la carretera. La que está junto a mí tiene 94 años, y junto a su prima es una de las viudas del pueblo. Me gustaron sus sonrisas y la vida de sus miradas.

¿Buen vino no?

El tiempo soleado sigue acompañándonos, la temperatura es perfecta para pedalear y disfrutamos de las carreteritas entre los viñedos de la Ribera. El viento también nos acompaña y nos empuja desde atrás ayudándonos a conseguir el objetivo de hoy. En Burgos, exactamente en Orbaneja de Río Pico (pasa el Camino de Santiago) nos espera Carlos, miembro de Warmshowers, una sociedad de hospitalidad entre cicloturistas. El cuerpo necesita un descanso y una ducha, así que preferimos llegar el viernes para estar todo el sábado descansando.

Y llegamos, yo casi al límite, gastando la última reserva de dátiles que Esperanza nos dio cuando salimos de Córdoba… pero qué gustito meterse bajo la ducha, ponerse ropa limpia y tumbarse en una cama con la perspectiva de que mañana tus piernas y tu culo no se van a acercar a la bicicleta.

Casa WS

La vida cama-sillón por un día y algunos estiramientos vuelven a poner al cuerpo listo para subirse en la bici dirección Aretxabaleta (el pueblo de Zigor), donde nos esperan más días de descanso, amigos y buen comer.

Cada vez se me hace más posible la teoría de Javi, un amigo de Jerez, que sostenía que si nos pusiéramos fuertes en unos minutos sufriríamos dolores indescriptibles y cercanos al colapso, algo así como le pasaba a la Masa… pues sí, Javi, creo que si el 1 de septiembre en un minuto me hubieran crecido los músculos como los tengo ahora o como los tendré dentro de unos meses, no habría podido soportar todo ese dolor acumulado. Pero nosotros nos lo tomamos con calma y le damos al cuerpo el tiempo que necesita.

La Familia de paso

De nuevo el viento y el terreno nos ayudan, y después de cruzarnos con “caminantes de Santiago” (más de un “¡Que es para el otro lado!” escuchamos), seguir rodeados de campos ocres y pedalear por algunas cepas de la Rioja, llegamos al Condado de Triviño. Esta zona, geográficamente está en Euskadi, pero por cuestiones de la Historia, la Política y el Juego (hay varias teorías), pertenece a Burgos. Y en Cucho, un pueblito de los 47 más o menos que componen el Condado, nos quedamos a dormir y recibimos la visita de los padres y tíos de Zigor, que iban de vuelta del fin de semana y estaban muy cerquita con el coche. Por cierto, si pasáis cerca de Cucho, entrad a verlo, porque es muy bonito y está muy bien conservado y cuidado, hace algunos años ganó un premio.

Pantano de Landa
Gorbea al fondo

Y por la mañana, el último puerto otra vez en ayunas, porque ya no tenemos más que unas cuantas pasa y los pueblos por los que pasamos son tan pequeños que no tiene ni bar ni tienda… pero la recompensa que nos espera merece la pena. El verde ya es color predominante y respiramos la humedad que ayuda a mantener el color del paisaje. Pasamos Vitoria, donde tomamos un pequeño tentempié, y nos metemos por el pantano de Landa… Qué bonito… si no nos estuviera esperando un plato de garbanzos nos quedaríamos por estos caminos.

Martxel…hay futuro

Y después del lago, bajada directa al Valle, recibimiento familiar y, por fin, la recompensa…  a comerse los garbanzos de Marije.

Estaremos unas semanas por aquí, solucionando las últimas cosillas que han ido apareciendo antes de dejar la Península, y así irnos sin nada pendiente. Por cierto, Sherpa, la tienda de montaña de Granada, nos ha mandado un hornillo nuevo y algo mejor que el que teníamos, pues les han dicho que el otro daba algunos problemas y que este es más fiable… qué bueno dar con gente así, en cualquier otro lugar nos habríamos comido el hornillo con papas. También Pablo, de Mi Burra, nos mandó otro regalo a Granada con la potencia fija que le faltaba a Zigor y la mía en negro, porque cuando me pusieron la fija sólo había en plateado y quedaba la bici un poco choni.

Los que estéis por esta zona o vayáis a pasar por aquí y os apetezca echar un rato con nosotros,  todavía tengo mi teléfono (se quedará aquí cuando salgamos).  Y por los que quieren salir con nosotros desde Are, hemos decidido empezar un sábado, aunque todavía no sabemos cuál, dirección Francia.

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